domingo, 6 de abril de 2008

De la libertad de expresión

Dicen que hay libertad para todo, todavía recuerdo aquellas clases de filosofía que dictaban en la universidad; “Haz lo que quieras…”. Si hago lo que quiero, estaría obedeciendo a quien lo citó y si dejo de hacerlo terminaría obedeciendo igual.

De todas formas a nadie le interesa filosofar sobre la libertad, el libertinaje y la decisión de hacer o dejar de hacer las cosas. El mundo gira igual, son pichuladas de adolescente que se masturba pensando en la amiga más bonita de su hermana.

Hoy en la tele por ejemplo, un entrevistador bisexual le preguntaba a una vedette casada con un futbolista, qué sentía por la amante de su esposo. Peor aun le preguntaba si la perdonaría, si su cabello era originalmente rubio y además si le parecía bonita. Lo sé, lo sabemos todos. Él tiene la libertad de preguntar lo que quiere, de hablar sobre sexo, de promover su opción sexual y segundos después decirles a sus hijas que las ama.

Al igual, los alumnos de la carrera de ciencias de la comunicación de la Universidad de Lima que fueron al set aquel día, estuvieron en la libertad de recibir una clase maestra de un troglodita que pregunta lo que pregunta para tener con que comer, cual cavernícola que caza lo que caza porque tiene que sobrevivir.


P.D.
No soy periodista, mi nombre es Gianfranco y ¿usted?

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