domingo, 28 de junio de 2009

A day in the life

Me dejé la barba,
Era domingo y aún parecía viernes…
Me sentía como esculpido por la melancolía de no saber si pensaba en mí.

Luego preparé un café,
Me senté en el sillón,
Recogí mis piernas y las barbas me comencé a rascar…

Llevaba puesto un polar rojo,
Debajo nada,
Unas bermudas verdes, medias negras y sandalias,

Simplemente estaba sentando, sorbiendo tragos calientes,
De rato en rato me asomaba a la ventana,
Escuchando el álbum blanco,
Refiriéndome sobre todo y nada,

No me convenzo aún de poder captar tu atención…
Es difícil crecer sin ser visto,
O ser visto muchas veces sin crecer,

Luego cogí el periódico, leí sobre 3 muertes,
Dolorosas, impactantes y conmovedoras,
,además te recordé,

La verdad,
Es que me sentía esculpido por la melancolía,
de tener la certeza de que no piensas en mí.

Atiné

Luego de leer todos su escritos,
atiné a decir...
puta mare, ¡Que rosquete!

De cerca

Es espantosa de lejos,
Pero de cerca se ve Linda,
Es como quiere, se manifiesta en mis reflejos,
Se muestra en colores que riman,

Morado,
Rosado,
Anaranjado,

Así etcétera, etcétera…

Hoy no sé si la vuelva a ver,
Pero siempre recordaré su tristeza,
Y aquellas tardes libres,
En las cuales sus grandes ojos calmaban mi dureza.

jueves, 18 de junio de 2009

Fruto

Vístete de colegial y despierta mis sentidos pedófilos,
Hoy te quiero y mañana no te amo…
Tengo una cicatriz coloide, debajo una frazada,

Es la hora, aún no sé si el fin,
Y tus mañanas son tan felices,
Como cuando te pintas los labios y los esperas…

Me quisiste pintar también,
Meterte entre mis ideas y buscar una puerta abierta para cerrar,
Yo no quise esperarlos, yo no quiero esperarlos,

Anda entonces, diviértete, y haz el amor como los perros,
Que el viento se humedece ante tu llegada,
Yo no quise crecer, aunque tenga que aceptarlo,

Yo no quise enamorarme, fue todo un fruto de la piel con la piel.

miércoles, 3 de junio de 2009

Las palabras se resumen en lo siguiente:

Son necesarias,
a veces no,
son frías,
a veces calientes,
no tienen colores,
no tienen forma geométrica,
pero tienen expresión,
son razonables e ilógicas,
son barbarismos sin ganas de comer,
son palabras que no existen,
son canalladas que uno dice por amor.
Vamos a hacer un ejercicio,
si digo: ¡jódete!, es porque quiero, en verdad, que te jodas...
si digo: ¡piérdete!, es porque quiero que de verdad te vayas a otro lado, y no me hables...
si digo: ¡jódete!, es porque en verdad, y lo digo en serio, es porque quiero que te jodas a ti misma.
Si digo: ¡Ya no me ames!, no me hagas caso, prefiero que me digas que me joda y que me pierda, para luego poder decir todo lo anterior...

¡Cómo el pecado puede decirme que no peque!

¿Cómo quieres que te olvide pecado?
que me aleje, me retire,
me lo advierte, me lo pide...
¿como navego sobre tus costas? sin demostrar mis desordenes alimenticios,
que ronco a veces por las noches, y que le tengo miedo a la oscuridad,
¿Cómo lo evito sin ser visto?
hay varios senderos, salvo uno al cual recurrir,
¡cómo el pecado puede decirme que no peque!,
¿cómo pensar entre lágrimas, si aún no hay agua sobre tus ojos?

De todas formas estoy aquí sentado,
un poco atrapado, tal vez,
esperando a que me vengas a rescatar...