domingo, 31 de agosto de 2008

Distancias

Hoy me levanté adolorido y muy sediento, me fui a la sala, el sol quemaba y mi chompa roja de lana no hacía juego con la temperatura caribeña de aquel instante. Prendí la tele mientras pensaba en lo de ayer. En mis amigos, en las noticias, en lo mal que canté en el Karaoke y en que había jugado futbol de una forma discontinua y errante. De pronto noté que algo en mi pecho me hincaba, era un pin con una silueta de gato, el pin de la presentación del libro de mi amigo Pedro, el gato de su novia, y la silueta del felino que no se como se llama.Come together se dejaba escuchar de mis audífonos, apagué la televisión y me fui a lavar los dientes. Right!! Gritaba Paul Mc Cartney, como indicándome que la frescura de la pasta dental haría bien para mi resaca. Pero se equivocó, así que fui con todas mis monedas a la bodega de la esquina a comprar una Coca Cola helada, al llegar la tipa que me atendió se confundió y me intentó dar una Inca Kola, le indiqué que quería la negra. Luego, toda la tienda y la distribución del Retail me llamó la atención, la diversidad de los productos para matar cucarachas y demás hicieron que desvíe mi pensar en la pobres cucarachas y toda la guerra a cuestas que tendrían que enfrentar. En definitiva pensé que era una buena forma de comenzar un domingo, digamos levantarse a las 2 de la tarde no está nada mal y tener una Coca Cola helada, y ahora estar escuchando el perreo ensordecedor de la casa del costado, y mi sala desordenada con la ropa de ayer. Todo estuvo bien, una tarde cualquiera, Luego volví al baño ya sin audífonos, miré el calendario y me di cuenta que ya estamos Setiembre. Lo malo fue escuchar que mi madre gritaba indicando que se iría de la casa. Ahora siendo domingo aún y ya de noche, la sigo esperando, escuchando a Sabina cantar que todos somos aves de paso.

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