domingo, 25 de abril de 2010

Vereda

Bajo la textura de tus sueños,
Me reconozco en silencio, como cuando ya borracho y decidido me insulto ante el espejo
Librando uno de mis tantos “yo” mientras mi alter ego se cae por las escaleras, desafiándome, lleno de vulgaridades,
Aquí presente ante la dualidad, poniendo el pecho, me gustaría decirte que mis antes sueños y mis sueños después, como a la vida y al tiempo,
Como al silencio mi voz… no representan lo que estimulo en tus pupilas ni aquellas palabras que siempre recuerdo…
Me comparo con un poema en decadencia, junto a esas palabras que no encuentran un título, como reconozco las ciudades cuando apenas llego,
Y te encuentro en este color, en mi ropa sucia y hasta en mi pasta dental…
Cuesta borrarte de esta piel, de las encías rojas, de los poemas que no tienen tatuajes y de esa idea absurda… de la pregunta tonta que ahora no recuerdo y no sé porqué.
Si en verdad la piedad se disuelve en el agua y los chicos siguen jugando hasta el amanecer, no quedaría más música destruida por intentos vagos de ser famoso…
Esa necesidad inherente que tiene el ser humano y tu egoísmo / el no dejarme partir / el seguir siendo amigos / el correr por la vía expresa desnudo, contra el tráfico/
Y así saber si por fin si te sorprendo…
Hemos jugado a ser adultos y hemos fracasado
Tu jabón sigue aún teniendo el mismo olor…
He dejado de pasar por tu vereda…
Voy seguro en mi camino,
Aunque no tenga a donde ir.

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