Caminando por esa calle violenta y sinuosa con cada gramo de extremo en las muñecas,
Llegamos hacia el árbol pintado todo de lila, luego a la izquierda,
Semáforo en madrugadas y tu aliento muy cerca a mi cuello, mientras me hacías sexo oral ante la mirada despreocupada del taxista…
En las escaleras, subiendo y bajando, tratando de llegar a un punto…
Fotografiamos nuestro erotismo usando mi tristeza de flash y mi soledad como diafragma
/es bueno tener la luz adecuada, callar en el debido momento, mentir cuando se es necesario y nunca defecar en sanitarios ajenos/
Me detuve en el tiempo, hice un paréntesis, caminando fumé,
Y difuminé sus sentidos confundiéndolos con aquella conversación, en la que éramos 8 chicos, los ocho homosexuales/ y me fundí junto al queso en ese sándwich que te comes, me devoras junto al tomate/
En tu apartamento las ideas lucen negras, los libros amarillos, la algarabía siempre tiene el nombre de una película y las limonadas que hacemos llevan peces de hielo con aroma a menta /nunca escuchaste a los Beatles/ lo único concordable es el Volkswagen del 78 mal estacionado al costado del portón de tu edificio
Luego que descansamos y jugueteamos entre las sábanas sabiendo que en realidad nadie escucha y a nadie tampoco le importó… respiro por tiempos inquebrantables, recordando los textos de pequeño, las tardes de inspiración, la caligrafía interminable, la discusión de teorías junto a Milagros/ ahora que me miro al espejo y veo mi cuerpo tan cambiado, tan abierto a nuevas posibilidades, y reparo en mi escritura y en mis ganas de sentir /
Volteo hacia a ti y agarro tus cabellos, dirijo tu cabeza hacia mi bajo vientre, te tomo fotos con aquella cámara azul que tienes al costado del ordenador / luego de la pasión y el hormigueo/ vemos las fotos y reímos/ “Me la regaló mi novio cuando cumplimos un año”, que linda cámara te dije/ del momento y sin cigarrillos subí al Volkswagen del 78 y me fui/
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