jueves, 20 de septiembre de 2007

Abril 16

He construido una orquesta en mi cabeza, donde las luces se obstruyen, se codician, se odian, se burlan de sí mismas, se detestan…
Aquí las señoras limpian sus casas para que nadie las visite, es Mirones, con la tristeza de los martes, donde los locos caminan en exceso, encienden clavos de olor y se tiñen los cabellos de varios colores inexistentes.

He resumido mis sentimientos llamándome insano, he vociferado por todo, por los ruidos, por las corbatas, por las malditas que paran abriendo las piernas, por los malditos que les gusta abrirlas, por lo bellas que son algunas personas, por mi codicia instantánea, por la buena y mala música, por los poemas que no he escrito y sobre todo por los que escribiré.

Me duele tanto el alcohol, el tabaco y los cementerios, no quiero confundirme con los gustos que son socialmente aceptados. No me importa creerme un genio y mucho menos no serlo. He tratado de que me entiendan, tejiendo ríos de pura algarabía, luego entendía que no me tomaban en serio y me ponía triste.

He querido ir al cielo miles de veces, flagelándome cien mil veces por cada pecado, he brillado donde muchos brillan, he frecuentado lo que todos frecuentan siempre pidiendo un descuento. Me duele la astucia, la cobardía, la traición de un buen amigo o de una enamorada.

He construido toda una orquesta, donde no sé tocar todos los instrumentos, no me acuerdo donde dejé la partitura, no sé ya donde ensayamos.
Yo solo quise escribir una linda canción.

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