TToma

Siempre seguiré siendo aquel.
No es que rehúya a tus pensamientos o me sienta inseguro,
Total, cuando estas no estoy,
Cuando te vas yo vengo,
Es la rutina inversa la que nos carcome,
No es la voz…
Sin embargo, siempre hay un sin embargo
Y como odio los sin embargo, ¡por Dios!
No recuerdo nada de lo que hablamos,
Quizá todo sea una ilusión,
Y es que a veces me pregunto, que rayos hago pensando en ti,
Si no sabes si quiera que voy,
O que sigo aún aquí de pie,
(Enciendo un cigarrillo)
Total, finalmente siempre seré,
Aquel, ese que estaría dispuesto a besar a John Lennon,
Ese que solo habla de los Beatles,
El que no sabe cómo empezar una conversación.

You're sexy mother fucker

ha pasado tanto tiempo,
que hasta ya me olvidé de escribir tu nombre...
tanto tiempo y el agua sigue cayendo,
Las panaderías siguen abiertas,
el señor felix sigue llendo a la misa y gritando gol todos los domingos por la tarde.

todo sigue igual,
tu sigues haciendo lo mismo

rompiendo corazones, seguramente...
y tengo la certeza,
que aún siguen escribiendo esos poemas,
aquellos amores que son ahora sombras,
y siguen esas esquinas con lágrimas,
y tu silencio aún llamando mi cama,

a propósito...

1
2
3

como era que se escribía?

4 pesos

Hoy contaba con la necesidad de necesitarte…
Cansado ya del desayuno,
No quiero más humo ni coca cola en mi paladar,
Aunque es cierto la vida carcome,
También discrimina y a veces se olvida de quién no debe olvidar,
Pido entonces un poco de poder,
De lo que debo,
Puedo,
No debo,
Hacer…
Tu solo activas los extremos de mi sistema nervioso,
Como quisiera poder llegar a la ruta,
Saber que colectivo elegir,
Y es que aún tengo mis dudas,
igual tengo que seguir,
No sé si con este desayuno o tal vez sin ti.

Joder!

Yo viso solo y dependo de ti
Yo me quedo tendido en mi cama y fumo sin ti
Yo siento el viento con tu derecho en mi vientre
Y divulgo cerezas cuando las quieres comer
Me divierto con tango y sobrevivo ante ti
Solfeo con cargas
Ante las pesadas ceremonias de iniciación
Y revivo cuando me doy cuenta,
Me sorprenden las sorpresas
Yo vivo solo y dependo de ti,
Hoy me levanté,
Te extrañé tanto que fumé contigo
Y me puse a pensar, luego,
Que es mejor no mirarte
Que quedarme tendido en mi cama,
Divulgando cerezas con yogurt,
Cuando en realidad no quieres saber nada de mí.

like eso

Una mujer en depresión y su soledad constante,
Como no decirle que no a sus pechos color carbón,
A su idea de concebir el mundo entre el pecado y el saber,
Una sola sonrisa y muerto para siempre el camino,
La cornisa que espera y se levanta apenas recuerda el dolor

Encontré la perfección

Enciende el último pucho… comparte conmigo que la noche avanza y el final se acerca…
Enciende el último pucho que la vida sigue y el comienzo espera…
Comparte el cansancio y la agonía de este período tan cortamente largo y tan imperfectamente perfecto. Trajiste la esencia y te llevas el colchón…
Encendamos otro más que los pulmones aguantan y la presencia agoniza… el sentimiento se afianza y el secreto queda… encendamos el ultimo mientras se brinda una vez más por esta maldita loca sensibilidad inherente a cada uno, por el obelisco, por el “zambo”, por tigre y por aquel gol. Encendamos uno más y brindemos con los que no están que tu perfume se va y las monedas… se quedan…
Comparte conmigo ahora que la mañana se acerca y el placentero dolor viene a golpear la puerta, el sol veo venir para opacar la confusión de los pesos en la billetera, y el subte irse con rumbo desconocido esta vez…
Enciende el ultimo que te llevas los puchos y me dejas el cenicero, comparte conmigo que Lima te espera y aún espero que me espere a mi… comparte conmigo que se acabaron las fotitos de rigor y el rock and roll… comparte que ya viene el pollo con maní y el mar con todo su Barranco…
Comparte el último pucho que tu voz se aleja y las canciones se acaban, comparte que te llevas los poemas y me dejas el vino a medias…
Comparte que se vienen los subtes, los trenes, los barcos, los colectivos y mi cansancio…
Enciende el último pucho y comparte. Que siempre sabrás que Lima nos espera pero Buenos Aires también…

Solo me gusta

Sigo viendo tus fotos,
Extrañando mis momentos,
Confundiendo las épocas con mis penas,
Sé, por ejemplo que en 1999 estuviste en unas montañas,
Mientras yo conseguía afeitarme por primera vez,

Ahora, las sigo mirando…
Son igualitas,
Bonita compañía,
Mi silencio sonríe con tu complicidad,
Me gusta la idea de tenerte a mi lado, aunque no estés,
No por loco o esotérico,
Es fácil,
solo me gusta,

Por igual

No me molestaría pedirte permiso luego de comer,
Sin embargo, a veces, en esa soledad nocturna…
Me dan ganas de repetir mis silencios, aunque no siempre salen igual.
¡qué molestia! Pensé que esta barba estaba bien,
Que flojera, lo sé, no siempre trato de sorprenderlos,
No siempre,
Lets see, permiso igual,
Y me pongo estos audífonos,
Y los miro a todos por igual,
¡Hasta luego mi reyna! Nos vemos en el almuerzo,
¿En qué mes?, si me entendiste… entonces no sigas haciendo preguntas,
Escucho miles de tun-tus, ¡bah!, me importa un bledo igual,
Aún sigo contemplando la diferencia entre tu look y el mío,
Lo sé,
Nunca más me volveré a afeitar, lo prometo,
No digas nada, escucha la siguiente canción,
Con permiso,
¡Hasta mañana mis nenes!
Los sigo mirando a todos por igual…

Seré

Fue sin querer,
Yo el de la barba mezquina,
Sentado en la ezquina comiendo corn flakes…
No hay mejor placer que este dolor,
Tú, solo una chica vestida de negro,
Yo, solo una barba engreída riendo,
La soledad duele más cuando hace frío…
Sin embargo me gusta este invierno,
Aunque todas tus raíces van dando frutos,
Y yo sigo aquí, engullendo yogurt agrio,
Comiendo tus faces, saboreando tus sombras…
De pronto me miras y respondo,
La ilusión se transforma en recuerdos,
El amor es solo una proforma,
Una cotización de precios,
A veces está en oferta,
Y otras…
Solo está en una vitrina, esperando,
Pero nadie tiene el dinero suficiente para llevárselo.
Solo eres una chica de peinado raro,
Solo soy un camino, un cigarrillo,
Una voz mal entonada,
Una barba que acaba de ser afeitada…
Seré.

Si en verdad me tomás en serio...

Hace tiempo que espero y duermo aún con la esperanza…
No todo es débil ante la caída del bien,
Nada es irregular, salvo tus alaridos,
Tus sueños no son míos, no sé si los podrán ser,
Te admiro ante el espejo, es como la sal que no se deja ver,

Me gusta jugar a quererte,
Olvidarte en el viento,
Sentirte como a un ave,
Dibujar tu sombra,
Ponerle mil colores,

No sé, tú sabes,
A veces me pregunto porqué tu nombre ritma con pelota,
Sobre todo,
Porque la redondez de mi sacrificio no es suficiente cuando te recuerdo…

Sueña

Estamos cegados,
Somos un sello indisoluble,
No podemos parar, porque nos cuesta,
vaya que sí…
no quiero imaginarme que pasará de aquí en 10 años,
nuestras pupilas seguiran siendo las mismas,
esos cortes biscerales serán recaudaciones benéficas…
nuestros hijos serán nuestros tatuajes y piercings,
tu cara estará oculta,
llena de pintura azul se pondrá mi boca…
como si los sueños no se pudiesen distinguir,
seguiremos escuchando a los Beatles igual,
el sueño acabado,
Dream is over…
Dream,

Aprendí

Hoy aprendí que todos los días son una fiesta,
Que no es bueno mirar las fotos del ayer,
Sobre todo si las heridas aún duelen,
Y si no duelen, mejor mandarlo todo al carajo…
Apremdí a quererte en mi dolor,
A odiarte en mi felicidad,
A extrañarte cuando aún estabas,
A mirarte cuando no te podía encontrar…

Como a los ejecutivos

Me sentí molido, despedazado…
Pero que hastío, tío, que es lo que digo,
Remordimiento puro y perdido.
Es sumergirse ante la mirada atónita de nadie…
Me asombra la inocencia, las miradas vacías…
Y si, también me asombrás vos
Sobre todo cuando te llamé y me dijiste que estabas cansada…
Como si las sábanas te pesaran…
Como si el tener vagina fuese pecado, y yo aquí sentado tratando de olvidarte,
No te preocupes, hoy no dije nada,
Todo fue como siempre…
Sigues dolida, así como yo,
Jodida por no joder a nadie…
Dolida por que no te duele la verdad,
Lo sé,
La verdad te asusta,
Como a los ejecutivos…
En fin.

Insano

Y de pronto cogí la magia,
La exprimí, la lavé, la comí, la rocié.
Se la mandé, por mail,
Como si las ideas nuevas fuesen sencillas,
Ya nada es tan sencillo como antes,
El romanticismo se perdió,
Contigo es siempre distinto,
Pero cada cambio es una rutina
La rutina la ponen los años,
Y los cubículos los adjuntos.

Como si supiese de lo que hablo
No siempre todos los puntos son exactos,
No siempre todo dignifica lo que significa,
No es necesario interpretarlo todo,
Tampoco sentirlo,
A veces, a veces no es necesario nada,

Solo sentarnos y sentir nuestra piel,
Comernos con las miradas y reventar,
Odiarnos al día siguiente por la gran atracción que sentimos,
Revelarnos ante la ironía de no sentirnos,
Ceder ante la calma,
Y luego irnos lejos,
Volar,

No hay alegría tan intensa que extrañarte,
No hay sentimiento más hermoso que el no conocerte totalmente.
Me gusta el que me confundas,
Me gusta saber que en tu mirada puedo encontrar las respuestas,
Me gusta calcularlo todo y luego tener la certeza de que en realidad nada se.

Siempre he caminado solo,
Pero no puedo negar,
Que de vez en cuando,
Me gustaría navegar, contigo del brazo,
Contigo de mi oreja y de mi ojo,
Contigo en mi apellido,
Contigo en altamar,

No todo es verdad,
Lo sé,
Sabemos que las ideas brotan de mi cabeza,
Pero que aburrida la realidad, si en realidad, todo fuese como tal,
Pues me gusta encender un cigarrillo antes de dormir,
Y pensar,
Que tu estas en este momento tratando de escapar,
Y luego del trajín, piensas en lo que te dije,

Al final las cenizas se van, y las palabras quedan,
Siempre quedarán…

Lo sé

Pensándolo bien,
no sirve de nada mandar señales que no vas a sentir,
no leerás esto,
no recurrirás a profundizar en tu mente lo que hay más allá...
lo sé,
entonces camina, corre, vuela,
demuestra que puedes hacerlo,
ponle constancia al cansancio para luego vencerlo,
derrocha el tiempo en sabiduría,
convéncelo, asume tu posición de mujer,
róbale una sonrisa por la mañana,
no lo riñas por sus desórdenes alimenticios,
a veces es bueno dejar por alto algunas cosas,
como la promesa del último cigarro que cada viernes se habrá de fumar.
pensándolo bien,
no sirve de nada contarte esto,
igual,
igual no lo leerás.

Azabache

Si pudiera decir mil palabras,
A la izquierda un termómetro,
Podría empezar con te quiero,
A la derecha el café, cuidado con las cenizas,

Si en realidad Dios fuese un concepto,
Si tus alas cayesen y se fueran sin volar,

Vamos luego por la esquina,
El eco es mejor en la soledad,
Así que calma tu sosiego y ten fe en el presente,
Porque es lo único que nos salvará.

Aunque las flores aleteen, y las maldiciones empiecen a oler bien,
Así la calma perdure ante la sola idea del bienestar,
Nada es tan correcto como el no sentirte,
O incluso demoniaco, ínter parentesco, jodido y retratado,

Finalmente la mariposa empezará a cantar,
Y entre sus tonadas tristes, con su velo negro,
La sonrisa extraña. El caminar pausado,
La bailada extrema, la cenicienta eterna,
Y en el camino entrecortado
Me dejaré notar…

Lo sé, tú

Tú apareciste para quitarme la Luz de lado,
Para cegar mis sentidos utópicos,
Para llevar mí sangre al cáliz, para cautivar mi sedentarismo…
Tu que borraste todas las marías ave de mi cuerpo,
Y me enseñaste como cabalgar sin viento,
Tu, aquella sonrisa estancada, que parece que aúlla cada vez que volteo…

Tu, tranquila y sin nada, demostrándome que la felicidad me la da un gesto.

Los milagros no existen, la vida no se ha escrito en colores, la tinta no importa,
Importa el cómo de tus puntos, de los espacios entre espacios, de esas risas fingidas de la gente que no entiende. Pues sobre sales ante sus mentes.

Tú la lucha que no utiliza la violencia, mi mente entre tus dedos, tú.

A day in the life

Me dejé la barba,
Era domingo y aún parecía viernes…
Me sentía como esculpido por la melancolía de no saber si pensaba en mí.

Luego preparé un café,
Me senté en el sillón,
Recogí mis piernas y las barbas me comencé a rascar…

Llevaba puesto un polar rojo,
Debajo nada,
Unas bermudas verdes, medias negras y sandalias,

Simplemente estaba sentando, sorbiendo tragos calientes,
De rato en rato me asomaba a la ventana,
Escuchando el álbum blanco,
Refiriéndome sobre todo y nada,

No me convenzo aún de poder captar tu atención…
Es difícil crecer sin ser visto,
O ser visto muchas veces sin crecer,

Luego cogí el periódico, leí sobre 3 muertes,
Dolorosas, impactantes y conmovedoras,
,además te recordé,

La verdad,
Es que me sentía esculpido por la melancolía,
de tener la certeza de que no piensas en mí.

Atiné

Luego de leer todos su escritos,
atiné a decir...
puta mare, ¡Que rosquete!

De cerca

Es espantosa de lejos,
Pero de cerca se ve Linda,
Es como quiere, se manifiesta en mis reflejos,
Se muestra en colores que riman,

Morado,
Rosado,
Anaranjado,

Así etcétera, etcétera…

Hoy no sé si la vuelva a ver,
Pero siempre recordaré su tristeza,
Y aquellas tardes libres,
En las cuales sus grandes ojos calmaban mi dureza.

Fruto

Vístete de colegial y despierta mis sentidos pedófilos,
Hoy te quiero y mañana no te amo…
Tengo una cicatriz coloide, debajo una frazada,

Es la hora, aún no sé si el fin,
Y tus mañanas son tan felices,
Como cuando te pintas los labios y los esperas…

Me quisiste pintar también,
Meterte entre mis ideas y buscar una puerta abierta para cerrar,
Yo no quise esperarlos, yo no quiero esperarlos,

Anda entonces, diviértete, y haz el amor como los perros,
Que el viento se humedece ante tu llegada,
Yo no quise crecer, aunque tenga que aceptarlo,

Yo no quise enamorarme, fue todo un fruto de la piel con la piel.

Las palabras se resumen en lo siguiente:

Son necesarias,
a veces no,
son frías,
a veces calientes,
no tienen colores,
no tienen forma geométrica,
pero tienen expresión,
son razonables e ilógicas,
son barbarismos sin ganas de comer,
son palabras que no existen,
son canalladas que uno dice por amor.

Vamos a hacer un ejercicio,
si digo: ¡jódete!, es porque quiero, en verdad, que te jodas...
si digo: ¡piérdete!, es porque quiero que de verdad te vayas a otro lado, y no me hables...
si digo: ¡jódete!, es porque en verdad, y lo digo en serio, es porque quiero que te jodas a ti misma.
Si digo: ¡Ya no me ames!, no me hagas caso, prefiero que me digas que me joda y que me pierda, para luego poder decir todo lo anterior...

¡Cómo el pecado puede decirme que no peque!

¿Cómo quieres que te olvide pecado?
que me aleje, me retire,
me lo advierte, me lo pide...
¿como navego sobre tus costas? sin demostrar mis desordenes alimenticios,
que ronco a veces por las noches, y que le tengo miedo a la oscuridad,
¿Cómo lo evito sin ser visto?
hay varios senderos, salvo uno al cual recurrir,
¡cómo el pecado puede decirme que no peque!,
¿cómo pensar entre lágrimas, si aún no hay agua sobre tus ojos?

De todas formas estoy aquí sentado,
un poco atrapado, tal vez,
esperando a que me vengas a rescatar...

Limón Lennon

Fue por ti que le tuve miedo a la muerte, como al mismo tiempo felicidad. El recordarte, sinceramente, me induce a varios sentimientos. Siempre hay varios porqués en la vida, pero creo que el tuyo es el más fuerte. Ver tus fotos, recordar tu voz, observar tus dibujos, escuchar a tus hijos, es todo tan confuso y lindo a la vez. Quisiera retroceder el tiempo y poder advertirte. Ahora cuando quiero cantar como tú cantas, no llego al registro, pues siempre al llegar a la nota, mi voz se quiebra. Cómo olvidar la primea vez que te vi, fue en una navidad y le pregunté a mi papá, sosteniendo uno de tus discos, quienes son esos 4 chicos que se peinan igualito. En ese momento también descubrí que ya había sido demasiado tarde y que cuando yo nací, cinco años atrás ya te habías ido. No te voy a decir que salvaste mi vida, ni que tus letras inspiraron mis acciones, solo que me diste alegría y que quizá no te debió pasar esto. Ahora, estés donde estés sé que quizá me estés viendo y que estarás haciéndole bromas a Dios, tal cual como a tus amigos. Gracias John, gracias.

Don't let me down

Es jueves santo, atino a escuchar un poco de música y entrar al Messenger para ‘conversar’, pero nadie me habla. Había 14 contactos disponibles y dos o tres ocupados. Me sentí como nuevo en algún lugar, mientras curiosamente caminaba, fumaba e iba escuchando por mis audífonos “Don’t let me down’, sin que nadie me hablara, así como ahora.

¡Qué horrible que era, por Dios!

Estuve todo el día tratando de quitarme esa cosa, ¡qué horrible que era, por Dios! Luego prendí un cigarrillo, encendí la tele, toqué la guitarra, jugué a la pelota, me fui al baño, regresé del baño, volví a ir, llamé por teléfono, compré en la bodega, jugué play station. Hasta que se hizo de noche y el disco de los Beatles aún seguía sonando, Helter Skelter, “Tell me, tell me the answer…” y esa maldita cosa aún seguía ahí. No entiendo por qué, la lavé, la sequé, le eché cremita, la lijé, la rayé, la espolvoreé, la rocé, la manoseé, la castigué. Y la maldita cosa aún seguía ahí, y todo el maldito álbum blanco sonando, maldito gurú Deva, como se supone que yo podía ir acroos the universe con esa maldita cosa. ¡Qué horrible por Dios!

Luego me quedé dormido y soñé con esa maldita cosa, a mi lado, con mis amigos, con mi novia, en mi matrimonio, con mis hijos, con mis penas y alegrías, ¡maldita cosa! ¡Qué horrible que era!

Desperté, Lennon me decía Stand by me. Me miré al espejo, esa maldita cosa había desaparececido, gracias John, le dije.

El no tuvo la culpa

Todas las mañanas antes de ir al colegio, bajábamos a la sala y rezábamos frente a la imagen del corazón de Jesús. Ahí y tomándole muy fuerte la mano a mi padre, recuerdo haber vivido uno de los momentos más gratos de mi infancia. Solo éramos los tres, Mi papá, Jesús y yo. Cómplices de ese momento, de lo que nos contaríamos en secreto y de lo que nadie más se enteraría. Así antes de ir al cole, a ese segundo grado de primaria del cual a veces me acuerdo, rezábamos. Amén y después nada, las clases. Mi viejo encendía el auto y recogíamos en el camino a un niño gordito y de piel trigueña. Bozza era un compañero de mi salón, cuando te saludaba daba la mano despacito, como si sus metacarpos se fueran a quebrar. De vez en cuando le dábamos un aventón. Un día mi papá me dijo que el no rezaría conmigo, tenía un problema con el auto y el mecánico había llegado para ayudarlo. Yo entré a la sala de mi casa, un poco tímido, lo confieso. Todavía tenía el recuerdo fresco en mi memoria, de cuando con mi hermano veíamos tele a comienzos de los 90, y la televisión en ese entonces estaba encima de un ropero. Muy arriba para un chico de 6 años. Nosotros dos echados en la cama y de pronto, cuando daban comerciales. Empezaba mi temor, tener que cambiar de canal, y mover la perilla de esa caja metálica de marca SONY que sonaba tan frío: “Tac, tac, tac, tac”. Y enseguida, ver el retrato de un Jesús al costado de la tele, me aterrorizaba. De un brinco me volvía a la cama con la respiración acelerada y con la mano todavía temblorosa de ver a ese Jesús. No sé que era, ni tampoco porque me sentía así. Quizá el que su mirada me siga a todos los rincones de mi habitación. O que quizá al ver tele y cambiar de canal, me mire y me hable sobre lo que debo y no debo hacer. Entré a la sala muy despacio, mientras escuchaba el ruido del motor del Ford de mi papá. Luego de rezar y de pedirle perdón por tenerle miedo cuando era más pequeño, me fui viendo todos los adornos que estaban en una mesa. Luego, unas monedas y un par de billetes me llamaron la atención. Estaban encima de un recibo de agua, sin preguntarle nada a nadie, las cogí. El carro lo repararon al instante, no había pasado nada me dijo mi papá. Recogimos a Bozza y llegamos cinco minutos antes del toque de la campana que anunciaba la formación. A la hora del recreo, corrí velozmente hasta la cafetería y con la plata que me había encontrado, compré panes con hot dog para todo mi salón. Me sentí querido, popular, bondadoso y sobre todo, me sentí bien conmigo mismo por haberme encontrado ese tesoro y por compartirlo con mis amigos. Esa tarde estaba viendo televisión con mi hermano y mi mamá. Mi viejo llegó con el rostro lleno de preocupación, con un café en la mano, nos contaba sorbo por sorbo que el dinero para pagar el agua y que le pertenecía a mi abuelo, había desaparecido. No sé como, ni porqué las monedas que me sobraban luego del festín con gaseosa y panes con hot dog, cayeron al suelo. Luego todos, miraron las monedas desperdigadas en el suelo junto a un billete de 20 soles. Mi mamá me preguntó de donde había sacado ese dinero, llorando les dije que me lo había encontrado. Mi viejo furioso, agarró el dinero y se fue a completar lo que faltaba para luego, explicarle con mucha vergüenza a su papá que su nieto había robado el dinero. ¡Ladrón!- me dijo, yo solo atinaba a llorar y a pedirle perdón por algo que no sabía. Aún recuerdo su rostro, lleno de ira, diciéndome que él no tenía hijos ladrones. Le pedí perdón mil veces, aferrándome a sus piernas. Nunca más fuimos a rezar juntos. A veces pienso que ese Jesús nos extraña. No sé.

Yo

Yo, que nací para morir…
Él, que rodó por las escaleras,
Ella, que no sabe que hacer,
Nosotros, que cantamos cuando bebemos,
Ustedes, que me leen y no entienden,
Tú, que no paras de reír,
Yo, que nací para morir…
Nosotros, que morimos no sé con que fin.